¿En qué jodido momento te solté?
¿Cómo pudo pasar tan desapercibido? Que ni lo sentí.
Yo, que lo esperaba con ansia, para brindarte un...
¡Vete al carajo!, acompañada de una copa de vino.
Hoy, viviendo con ganas anticipadas el primer día
del siguiente mes en el penúltimo del anterior, me vengo
a dar cuenta, que tan solo dos días atrás fue tu día,
y justo ese día me sentí tan feliz corriendo, bailando y brincando,
que me vengo percatando que tengo días, mucho días
sin pensarte, sin interesarme en qué ha sido de ti.
Por casualidad me llegó una foto tuya, y, mi sonrisa
me traiciona al verte feliz.
¡Maldita sea! A veces odio ser buena persona, y alegrarme
de que los que me lastiman sean felices...
A veces, cuando el dolor de la decepción me taladra el corazón,
quisiera odiar tan profundamente, que ese dolor desearía
que dañará al triple y destrozara a quien lo provoca,
pero no sé odiar con esa intensidad.
Mi estúpida alegría por la vida y esa condenada
manía de sentir esperanza en cada amanecer,
me traiciona una y otra vez.
¿En qué jodido momento te solté?
¡Que hoy, me siento libre y feliz!
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