lunes, 28 de agosto de 2017

Soltando el drama

Este es el cuento del Maratón que no corrí. Del que tenía el "plan" que sería el quinto, y no lo fue; y que dos meses después de este, haría el sexto maratón y tampoco será, ya saben, no paro con esa bonita costumbre de continuar divirtiendo a Dios con mis planes.

Este año ha sido raro, creí que ya estaba más recuperada de la partida de Pachón, me creí que era la más fuerte y que ya lo había soltado, y no, no fue así, de quienes estaba preocupada, resulta que se enfocaron mejor que yo, obvio, aún les duele, pero comenzaron a fluir mejor que yo. toda esa parte no resuelta con él, resultó ser un lastre innecesario, porque a fin de cuentas, no se resuelve, lo que fue, fue, y lo que no, ya no será. Solo queda perdonarse, perdonar y reconocer a él y a mí, y sobre todo continuar amándolo justo como fue y valorando lo que se vivió. Eso es lo que nos tocó, así que hay que atesorarlo.

Y bien, el cuerpo por fin dejó de doler y comenzó a fluir con los kilómetros, llenando la cabeza con planes soberbios, haciendo homenajes vanos, gastando tiempo y energía en ideas que poco me aportaban, y cuando estás en el camino equivocado y persistes en mantenerte en ese, la vida termina por decidir por ti, y surge de alguna manera un desvío en forma de descontón, incluso doloroso, para que por fin tomes el real camino.

Casi igual que en el maratón de la "E", después del descontón en la montañita, y de andar como ánima en pena buscando el diagnóstico real de mi dolencia, encontrarlo, atenderlo y darle el tiempo necesario de sanar, finalmente el tiempo se me vino encima, me lo tomé con relativa calma, todavía a un mes del maratón tenía la esperanza de hacerlo, pero me vino la realidad después de correr-trotar el medio de la ciudad. Estoy fuerte, eso ni dudarlo, pero habían sido casi cinco meses de andar fuera de ritmo, dos y pico de reposo completo y dos de entrar poco a poco en ritmo, a juzgar por el poco o casi nulo entrenamiento, no me fue tan mal, pero el cuerpo me comenzó a enviar señales, las escuché, y decidí negociar con él, si el trial de asics me costaba mucho trabajo, sería la señal a tomar en cuenta, hasta ahí todavía me di chance, y así me lancé al coloso -Nevado de Toluca-, mi gran maestro, sin entrenamiento de montaña desde principios de marzo, y sin entreno de altura desde septiembre pasado... ¡zaaz! Me llegó la realidad, la sufrí, me di cuenta de mi mala condición para tal locura, y tome la decisión, después de todo, ya sé lo que es sufrir un maratón, y me quedó muy claro en el de la "X" que a él, se le respeta, así que, sin drama, sin pesares, con mente fría y tranquila, decidí no correr el que sería mi quinto maratón, y tampoco el que sería el sexto.

Quizá dirán, qué ganas de sufrir, y puede parecer tortura, sin embargo, el haber corrido en el Coloso, fue una liberación total, que merece una post especial para esa experiencia.

Le avisé a la familia que no lo correría, se ha hecho como la tradición o carrera del año desde que comencé, hasta mi tío Juan (QEPD) cada que se acercaba la fecha hablaba para preguntar si lo iba a correr. expliqué mis razones, y al hacerlo me convencí más de que era lo mejor. Por mi salud física y mental. Incluso espiritual.


Quedé con BBtuti, que lo apoyaría y me pidió que corriera con él un tramo del maratón. Y así comencé a organizar la logística, y comencé a emocionarme con la idea de vivir la fiesta reina, pero esta vez desde las trincheras de las porras.

Llegó la semana previa al maratón, fuimos el primer día como siempre a recoger el paquete, decidí llevarme mi playera de finisher del anterior, el del Pachón, fue un cocowash que me puse, para que no me pegará la emoción de no correrlo, de recordarme que ya lo he hecho y en circunstancias difíciles, y que eso dignifica mi desición. Lo curioso, fue que no llegó tal emoción, disfruté en todo momento, sin dramas, divirtiéndome, tomándonos fotos, saludando amigos, comprando cositas, bobeando por aquí y por allá. Decidí pasarla bomba y así fue. Por cierto, la organización, cada vez mejor, ágil y rápido la entrega, la expo, pues lo clásico, el detalle bonito para mí fue, la exposición de las medallas hasta la "C", nos tomamos fotos con cada una y por supuesto con mi favorita, la "M" mi entrañable primer maratón, en el que fui tan feliz.


Comenzó la cuenta regresiva, me preocupaba mucho por su carga de carbs de Leo, creo que lo hice comer mucho jajaja. Llegó el sábado, y ese día fue puro descansar, especialmente para Leo, aunque para mí no tanto, todo un show, un cliente me habla a medio día para solicitar ese mismo día un servicio de la TaZita, y por algunas horas me tuvo en ascuas, incluso a Leo le afectó un poco y todo para que al fin no se animará. ya en la noche, me cae el veinte de que no he hecho mi cartel, tenía lista la cartulina negra y gises de colores, con una ligera idea de qué poner, opté por preguntarle a Leo y me dijó qué es lo que quería que pusiera y así lo hice, me divertí mucho haciéndolo, dejé que mi manos se fueran, y disfruté dibujar de nuevo.

 Sonó la alarma, Leo comenzó a prepararse, le di su espacio y llegó el momento de que él saliera a su maratón, nos despedimos con un beso y acordamos de nuevo los puntos de encuentro, yo me comencé a alistar, y mientras desayunaba me senté en la cama a esperar la trasmisión del evento, viví el disparo de la fiesta reina desde casa y me emocioné como si estuviera ahí, ni hablar, me perdí el inicio desde la plancha del zócalo capitalino. Tenía que salir de casa a las 7:15 horas, rumbo a metro auditorio, sabía que esperaría más de una hora al BBtuti, pero no me importaba, estaba emocionada con ver pasar a los élite y obvio a Juan Luis Barrios para echarle porras.
Ya listo para salir hacia el Maratón
Llegué a metro auditorio, y al salir me equivoqué en dirección al caminar, en lugar de irme hacia la marca del medio maratón, ya casi llegaba al kilómetro 23, comienzo a ver las luces de las motos y me doy cuenta que ya vienen los élite, decido quedarme un rato ahí a esperarlos, ¡Qué emoción ver en acción a Barrios! Grité con todas mis fuerzas, vi que iba en cuarto lugar, y me alentó mucho eso, pues al salir de casa, vi que se había quedado atrás de los punteros, esperé a ver pasar a las mujeres, solo vi pasar a Gladys y también la alenté, se ve increíble su fortaleza!

En seguida me dirijo corriendo -literal- hacia la marca del medio maratón, cuando llego me coloco delante de ella, tomo mi cartel y comienzo a echar porras, ya comenzaban a pasar los veloces corredores amaterur, algunos veían la frase que me pidió Leo poner y se reían, otros preguntaban si era en serio, otros más me bromeaban, otros lo agradecían, algunos hasta se detenían a tomar foto... vi amigos, los saludé, reencontré a un amigo corredor de mi querida pistita, esa fue una linda sorpresa, vi a Karli, Adri, Sam, Huergo, Saramaria, tomé fotos y un video -púchele por aquí para ver la galería-, vi personajes increíbles, como la señora grande corriendo tan fuerte y determinada, vi al chavo del 8, vi a Forrest Gump femenina, vi disfraces o maquillajes singulares, vi tanto que quería tomar fotos con la cámara, pero era un show, o echaba porras o tomaba fotos o chocaba palmas o saludaba o detenía el cartel, o checaba la app del maratón para ver por dónde venía Leo... no tenía idea lo "cansado" que puede ser estar sosteniendo un cartel por más de 15 minutos jajaja, asi que me limite a tomar fotos con solo el celular y a disfrutar mucho, ahí viví pocas pero muy entrañables experiencias, como la de la corredora cumpleañera, que llega y se para enfrente y me pide un favor, y tan solo quería un abrazo por su cumpleaños, salte a darle su abrazo y felicitarla junto con otra chica, le hicimos mucha fiesta y finalmente continúo corriendo y gritando, la seguimos alentando a terminar su reto, esa parte fue la confirmación total de que mi elección fue la acertada.

Llega BBtuti, ya sabía en dónde estaba, estuvimos en comunicación todo el tiempo, le tomo sus fotos e intento sacar su suero, pero lo prefirió para el siguiente punto de encuentro, kilómetro 28.


Ahí venía la siguiente carrera, enrollo el cartel y me dispongo a correr rumbo al metro auditorio, en el inter, veo a un corredor auxiliado por otros corredores, que ya no pudieron quedarse más con él, lo alentaron a buscar ayuda más adelante, lo pasé, y volteé de nuevo a verlo, ¡pobre! estaba quejándose de un calambre, decido regresar a ayudarlo, y sí, tenía un volován tremendo en la pantorrilla, me quedé con él hasta que se le deshizo, espero haberlo ayudado, pues su carita se le veía el sufrimiento de verdad.

Llegué al metro, y correr ahí también, bajar, subir, transbordar, bajar, subir y finalmente correr de nuevo desde el metro sevilla a la marca del kilómetro 28, en La Diana, buscar un lugar donde colocarme, extender de nuevo mi cartel, encontrar de nuevo a varios corredores que ya había visto, seguir gritando y alentando, otros más me tomaron fotos y rieron con la frase, vi de nuevo a Saramaria y Citla me vio y se acercó a saludar, casi enseguida llegó Leo y a correr con él como le prometí, saqué su suero y a comenzar a alentarlo. Mi idea era imponer un ritmo que le ayudará a poderlo hacer por debajo de las cinco horas, al paso de los kilómetros me di cuenta que no le sería posible, así que solo lo acompañé a su ritmo, disfrutando correr juntos, viendo las porras, la hermosa banda estudiantil, bromeando, dándole sus gomitas. Lo más tierno de él, es que aún todo cansado se preocupaba por mí, buscándome agua y refresco o algo de comer, cuando él era el que tenía que tener la atención, se calmó hasta que le dije, yo estoy bien, vamos a cuidarte a ti. Habíamos quedado que lo acompañaría hasta el 37k, y acercándonos al kilómetro prometido, le dije me voy contigo hasta el 39 y así fue. A 200 metros de la marca, tomé la selfie del recuerdo, llegando nos despedimos con un beso, le tomé su foto y yo regresé caminando hasta el 37...


De regreso del 39 al 37 continúe con la labor de seguir echando porras, me quedé un ratito más en el 37 :P
...Durante el trayecto de los 11 kilómetros en que lo acompañé, me molestó terrible una ampolla, sentí la incomodidad en mi travesía del 21 al 28, pero el pensar que lo perdería, me hizo ignorarla, ya en la condesa me quemaba con ganas, me distraje viendo la porra y conviviendo con Leo y llegó el punto en que dejé de sentirla. Cuando lo dejé en el 39 y comencé a caminar, sentí la punzada que quemaba de la ampolla, me senté en la banqueta a revisar y descubro toda la planta de mi dedito "anular" derecho estaba cubierto por una ampolla sangrante, solo le puse la cinta under y se calmó, me preparé a seguir caminando unos dos kilómetros con quizás 300 o 500 metros más, hasta félix cuevas para tomar el metro e irme a al siguiente punto de encuentro. Por cierto, también me aguante desde que llegué al medio maratón hasta ese punto las ganas de ir al baño, en cuanto llegué a la estación del metro insurgentes sur, comencé a estirar y fue cuando me di cuenta que me venia aguantando, aproveché liverpool ja, ja, ja. Revisé la app y me di cuenta que había terminado, le marqué, vi que estaba bien y quedamos de vernos en el siguiente punto para la recuperación... ¡A comer se ha dicho! hoy no nos gustó tanto, así que no vale la pena compartir. Ya de ahí nos fuimos a casa y a descansar el resto de la tarde, contentos y muy satisfechos, a pesar de todo, se logró y mejor que el año pasado.

¿Qué aprendí?... de inicio, fluir y soltar, de verdad que es muy difícil, pero siempre se puede, en definitiva la actitud puede ser el mejor aliado en casos difíciles, o tu peor enemigo si optas por quedarte en el drama. También, justo ahorita que estoy escribiendo, me cae el veinte que si decides estar enfocado, todo saldrá, aún cuando vengan situaciones no contempladas, fluirás y disfrutarás todo, así de simple. Me quedó claro que cuando ayudas en realidad te ayudas, esa fue mi labor en esta ocasión. También creo, que durante este maratón de porras, logré recuperar un poquito de ese YO que logré ser en mi primer maratón, que tanto admiró y quiero y que atesoré tanto que no había logrado volver a sacar a flote en ninguno de mis maratones corridos, al menos eso creía, quizá un poquito en el segundo, el de Monterrey, ese también lo disfruté mucho, y pensándolo bien, en todos y cada uno he logrado sacar ese YO, qué manía por poner notas negativas en lo que hago, todo lo que he hecho, todo, y en todos los ámbitos de mi vida, logro de una u otra forma traer en los momentos complicados ese YO, y es que sencillamente no es que sea un yo alterno, es que así soy YO ¡Cómo jijos no!

Que qué aprendí... 
Que soy, grande, fuerte y poderosa y "de aquí pal real", a soltar, a fluir, que todo un mundo te espera por vivir.

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