viernes, 3 de marzo de 2017

Tirando la toalla de nueva cuenta...

Y bien, aquí de nuevo andamos, lo cierto es que me he huído bastante, evitando leer lo último que me animé a sacar del alma, que por cierto, a fin de cuentas no opté por ir a Lala, lo cierto es que no estaba en condiciones emocionales para tomar ese reto.

Me costó mucho trabajo volver a enfocarme, me tomé incluso un mes más de drama existencial, nada lograba que me enfocara, hasta una ruda coincidencia con mi coach Edgar en un día de un pseudo entrenamiento mío. Pseudo, porque solo hacía que corría y en realidad eran kilómetros vacíos de todo, en verdad de todo, desde la garra en cada zancada, pasión, amor a la vida, amor a mi permanencia en este mundo, amor a mi prójimo, sólo seguía por la inercia de seguir en donde estaba y eso solo hacía sentir un vacío enorme interno. Y la ruda coincidencia, ruda porque con tan pocas y muy certeras palabras me retumbó muy profundo y finalmente me sacudió para soltar el drama y sentirme agradecida por seguir aquí, entera y sana.

No diré que en seguida, pero sí mi actitud fue cambiando de a poco, y me dio el "suficiente" tiempo para comenzar con el año ya más enfocada y cada día más animada, comencé a plantearme retos y una cosa te lleva a otra, cuando menos lo piensas ya te estás planificando en cómo lograr x o y cosa. Es tan curiosa la forma en que la mente funciona, que hasta hace que todo dolor y molestia que ya era común el sentir, de repente comienza a desaparecer y hasta te descubres disfrutando de nueva cuenta como cabrita feliz.

Las tristezas y dolorcitos internos de repente aún afloran y creo que seguirán eternamente, solo que ya no me bajonean tanto, puedo tirar una lagrimita en algún recuerdo, pero ya no me quedo enganchada, estoy viendo colores nuevos a mi entorno y me estoy retando cada día a mi límite.

Finalmente decidí tirar la toalla, justo como recomendé en la primer entrada a este blogucho el año pasado, pero no en el mismo sentido, deje de resistirme y comencé a soltar las culpas, o al menos las voy soltando de a poco; reconocí mi propia responsabilidad y me estoy perdonando, y sé que me perdonará; reconozco que fue y seguirá siendo una gran parte de mí y que ahora se ha convertido en un motor por seguir; dejé de lamentar la parte que no conocí y otros sí, pero también aprendí a apreciar y valorar la parte que solo yo conocí y se queda para mí. 

Hoy estoy más tranquila, y vamos para delante, en pie de lucha con orgullo y serenidad
 ¡Como jijos no!

No hay comentarios:

Publicar un comentario