jueves, 19 de mayo de 2011

La Punzada

Una mañana nueva me visita,
y reparo en la ausencia de la punzada
te fuiste y no sé cuándo te perdí
y ahora me percato
de la terrible tranquilidad
que eso me hace sentir...

Triste me parece perderte
porque contigo he perdido una parte de mí.
Y temo de verdad el no encontrar
con qué llenar el vacío de la tranquilidad...

Será que soy de esos seres
destinados a vagar serenamente,
donde la falta de su vocación
lo destierre al sendero periférico
de su alternativa elección...

Sin previo aviso,
me visitan de nuevo
esos hirientes cuestionamientos
que solían acompañarme
y dibujar esa creciente herida
acompañada de la punzada...

No sé cómo logré confinarla,
A ese lugar lejano
que parece haber encontrado
el camino de regreso,
justo en estos momentos
en que mi fe se ve cuestionada…

De dónde me tomo ahora,
sí yo misma cuestiono
mi elección de quitarte el poder
de dominar mi forma de ser...

Mi forma de ser,
esa que me da...
 alegrías, tristezas, soledades, fortalezas...
Y la fe...
Que hoy flaquea y se empequeñece,
lucha por encontrar la luz
para enfrentar la punzada.

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