lunes, 14 de septiembre de 2015

¡¿Cómo jijos no!? La espantosa X


LO QUE APRENDÍ. 
Lo principal y que en mis otros maratones leí, escuché, incluso en la entrega de paquetes de palabras del experto Benjamín Paredes durante su plática lo dijo bien claro y me entró por uno y salió por el otro y ahí voy a perderle el respeto al MARATÓN, hice todo lo que NO se debe de hacer.


EL DESAFÍO. No hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se venza, y pues sí, finalmente llegó el día en el que nos veríamos las caras de nuevo -Maratón y yo- Me preparé por tres meses para cerrar ese ciclo que me dejó tan inconclusa el año pasado. Mis carencias físicas que tanto molestaron el año pasado, poco a poco fueron disminuyendo, me atendí y entendí qué es lo que me pasaba y qué tenía que hacer para salir de eso y así lo hice, el proceso ha sido lento, pero efectivo, mi paciencia también la ejercité y eso aprendí a disfrutarlo. 

LA META este año era ambiciosa para como en realidad aun me encuentro, el BBtuti no me cree, pero de verdad tengo que ir cuidando la rodilla y el tobillo para que no recaigan, a veces sí siento dolor y lo aguanto, y eso me hacía mantener el miedo al dolor y más a volver a recaer, talvez eso me hacía extremar precauciones, como el hecho de continuar con el método Osler, sin embargo creo que esta vez lo extendí de más, pero también creo que el mantenerlo en el entrenamiento me ayudó a soportar este reto y si no lo terminé con el objetivo deseado, sí lo terminé entera, sin recaer, sin lesión nueva, fuerte, a los dos días ya estaba como si nada, practicando yoga con cierta exigencia y con ganas de ya correr.

LA CRÓNICA. Y la semana del Maratón llegó, acudimos por nuestro paquete el primer día y a primera hora, la expo maratón cada año está mejor, nos tomamos fotos, participamos en todo lo que exponen, escuché "atenta" y emotiva la plática de Benjamín Paredes, en fin la fiesta la disfrutamos al máximo.

Este año cuide mucho mi alimentación, decidí por mi bien y el de mis articulaciones bajar de peso, digo, yo nunca he tenido problema con el tema peso; después del primer maratón me descuidé bastante, y si a eso le sumamos la baja de actividad debido a las lesiones subí más de cinco kilos, no traía sobre peso, pero sí estaba en el límite y para poder rendir mejor decidí aplicarme en el tema, sin mal pasarme ni restringir, solo ser cuidadosa. Lo cual me vino excelente, logré bajarlos y llegué en mejores condiciones al maratón.

Lo cierto es que mi miedo al dolor continúo, y no logré desprenderme de él, al menos hasta la última distancia del entrenamiento (32k tres semanas antes del reto), lo que me llevó a continuar con el método Osler en la mayoría de todo mi entrenamiento, hasta esa última distancia que me decidí correrla de principio a fin y me sentí muy bien, cansada pero sin dolor, eso me dio la confianza o extra confianza por decidir correr sin aplicar el método.

Lo más curioso la semana previa al maratón fue que me encontraba muy tranquila, con ciertas dudas que yo misma disipaba y me enfocaba, se sentían las "ñañaritas" obvias, pero a comparación de como normalmente me pongo estaba realmente tranquila, incluso el día anterior y el mismo día del evento, solo mi cuerpo y mi interior despertó justo cuando caminaba rumbo al arco de salida a unos metros de que se activará mi chip fue como todo el cuerpo me tembló, la emoción me embargó y me cayó el veinte de lo que estaba a punto de hacer, sin tiempo para asimilarlo solo para reaccionar o sobre reaccionar.

Las dos semanas antes, era todo un dilema para mí la estrategia de mi carrera, pues en esta ocasión iba por tiempo. Casi un mes antes sabía perfectamente la forma en que correría el maratón, después replanteé al ver que me era posible correr más allá de 47 minutos a un ritmo determinado y sin descanso de caminata y sin que me repercutiera en recaída o dolor, esto no fue el punto de mi equivocación, vino desde mi ansiedad por querer hacer RP y un rp "digno" -según yo- me exigí de más, no es que no pueda, sé que puedo, el punto es que esto también es paso a paso, aún no era el tiempo para ese tiempo. Todo lo que aprendí en mi lucha por salir de las lesiones, lo olvidé y peor lo ignoré por querer hacer un tiempo para el que no entrené, me vi demasiado optimista, y en dos semanas eché a perder todo mi entrenamiento y todo lo que había aprendido.

El sábado previó llegó y preparé mi outfit, me bañé, cené, apliqué el vendaje y me senté en la cama a esperar el sueño en lo que me distraía viendo tele y haciendo mi play list, sí lo sé, pero unos días antes se había descompuesto mi celular y toda la música seguía ahí sin poderla escuchar, había decidido correr sin música, no sería la primera vez, total, que recuperé mi celular, mi música, mi app para el registro de la carrera, e hice una nueva lista con solo las canciones que de verdad me emocionan. Me dio la una de la mañana y apenas comencé a sentir sueño, no me preocupé, porque los días previos dormí con ganas. Sonó la alarma a las 4:45 am, me levanté e hice todo lo que acostumbro en carreras de reto, excepto que hoy tuve la gran idea de seguir un plan de carrera que un día antes había visto y que según de acuerdo a mi último chequeo de 10k (una semana antes en viveros) me decía que podía hacer el tiempo soñado, mientras desayunaba tomé un plumón indeleble y apunté en mi antebrazo los tiempos que tenía que hacer cada 5k y me sentí muy segura de poder.

Caminamos hasta el metro y tomamos el tren de maratonistas, llegamos a la estación Juárez, dejamos las mochilas en paquetería, y para no variar antes de cada carrera mi vejiga siempre me traiciona, y la cola era inmensa, nos amaneció ahí, al fin nos fuimos a los corrales, nos tocó muy atrás yo me relajé, me sentía muy segura, hablé con Karli y Charly por el cel y no pudimos coincidir en los corrales, escuché la música y canciones mexicanas que emocionan, comenzamos a avanzar y pude ver el arco, me vino un sentimiento tremendo y la sensación de que hubieran vaciado un balde de agua fría, y desperté, volteé a ver a Leo, nos dimos un beso y quedamos de vernos en la meta, en segundos ya estaba cruzando el arco y activé la app y crono. Había comenzado el sueño y reto.

Comencé a correr  y sentí mucha alegría e intenté recordar el paso que mi cuerpo debía llevar, así llegó la marca del primer kilómetro y ese era el ritmo que debía aguantar, así comencé a ver la fiesta a mi paso, porras y carteles de apoyo, edificios, monumentos, avenidas, batucadas que me emocionaron hasta las lágrimas y sentí el cuerpo hormiguear, sonreí a fotógrafos y cámaras, y cada marca hasta los 20k cumplí con el tiempo, pasé al Peluches le grité ánimo, vi a Basurín y lo saludé, pasé a los corredores Japoneses y también los saludé, hoy sí vi el Soumaya, pasé por los dispersores de Palacios de Hierro y dije ¡gracias palacio!, llegué a Mazarik y vi a la entrenadora de Karli, un poco más adelante escuché ¡Mini! volteé y vi a Chayo con su hermana, la saludé y seguí, estaba cerca del 20k, los últimos 5k los compartí con una corredora de Vayarta y me desgasté de más por competirle, esa desconcentración me significó un desgaste significativo, llegué al 21k y me sorprendió encontrar una porra que no esperaba, Edgar "Hígado" que me saludó y alentó, ese detalle me dio fuerza extra para luchar por aguantar un poco más el paso, sin embargo, comencé a sentir cansancio desde el 18k, entré a Chapultepec, y ya mi estómago sentía estragos del gatorade y gomitas, aún cuando cuidé no consumir de más como en el primer maratón, aún así lo sentí, además ya tenía hambre, para calmarla decidí comer la miel y la barrita que probé en mis entrenamientos, en Chapultepec tenía sed, pero a la organización la rebasó en ese tramo, ya no había abastecimiento, una hermosa señora tuvo la gran idea de colocarse en ese tramo ¡MIL GRACIAS! y todavía tenía hielo, tomé uno y lo fui pasando por la cara  y chupando -ja, ja, con todo y mi sudor, pero me supo a GLORIA- y por fin llegó el fin del adoquín y salí a reforma.

Había llegado un nuevo aire, y decidí seguir luchando por el paso, pero el cuerpo comenzaba a no querer responder, di vuelta en insurgentes y ver la subida de la glorieta y sentir ya piquetes en los muslos me hizo colapsar, paré un poco, di dos pasos y comencé a trotar, alcancé a escuchar detrás mío ¡Cómo jijos no!, alcé el brazo y agradecí la porra, volteo y era Karli, me dio mucho gusto encontrarla y me quedé muy sorprendida de ver lo entera y fuerte que se veía, compartimos unos kilómetros, ella bajó su paso al comentarle que ya sentía carga muscular, pero aún así me marco un ritmo mayor al que yo traía, llegamos al kilómetro 29 y poco antes del 30 ya no pude más, le dije, síguete chamaca, necesito caminar un poco, nos despedimos y Karli continúo, ahí comenzó mi vía crucis.
Mes y medio antes compré unas calcetas asics, y me sentí genial con ellas, por fin dejé de ampollarme y que mis uñas se machucarán, pude usar mis tenis asics con los que me sentí súper cómoda y ligera, ni siquiera me hacía falta aplicar vaselina, pero... el día 0 tuve la grandiosa idea de aplicar vaselina, y eso me molestó, pues hizo que el vendaje comenzará a sudar de más y comenzó a moverse y finalmente a incomodar, llegó un momento en el que de plano tuve que parar a ponerme el rollito de under que guardé en la bolsita de la cangurera por si las dudas, paré por ahí de la condesa, me senté en la banqueta y me lo apliqué, coloqué el tenis y continúe, tuve qué para de nuevo unos metros adelante porque el tenis lo sentía incómodo debido a que desanudé las agujetas, en lugar de solo safar el tenis y al ajustarlo de nuevo las dejé demasiado flojas, pero después las anudé más justas, ya no quise parar, aguanté la incomodidad hasta que se acostumbro el pie, poco después ya los muslos picaban mucho, y decidí para a aplicarme todo el sobre de icy hot y me ayudó bastante.

Poco después de eso, estuve a punto de caerme en dos ocasiones, el piso de la condesa está rete feo, y yo ya sintiendo cansancio supongo que no alzaba bien los pies, en una de esas por ponerme tan dura para no caer me vibró todo el dorso y me quedó doliendo el vientre como un calambre, afortunadamente no azoté y solo quedó en dos huarachazos ridículos.

La barrita y la miel mitigaron un poco el hambre, pero al pasar por la calle de Durango se sintió un olor a barbacoa que despertó tremendo el hambre de nuevo, yo buscaba a los voluntarios con plátanos o chocolates y no lograba encontrar alguno, eso me tensó tanto que me desconcentro tremendo, me sentía tan cansada y por más que intentaba retomar el paso y enfocarme no me era posible, juro que a todos los veía como humeantes pollitos rostizados con alitas y bien dorados, ¡QUÉ MALDITA HAMBRE SENTÍ!, poquito antes del templete de telcel, de repente veo que llega corriendo a la banqueta un chico con barbita y cabello semi largo muy guapetón con una bolsa de pan, y al señor que iba delante mío le ofrece y me dije ¡DE AHÍ SOY!, le pedí y me dio un pedacito de concha tibia súper deliciosa, ¡DIOS SANTO, ME SUPO A GLORIA! ¡MIL GRACIAS MI GUAPETÓN ANGELITO!, en el templete de telcel me orillé a caminar para devorar mi conchita, en  cuanto sentí que el alma regresó a mi cuerpo continúe con mi lucha, y así continúe buscando más qué comer, porque seguía con el antojo de un plátano, comí dulces, chocolates, gomitas y el condenado plátano no aparecía ¡CHALE!

Por fin pude ver esa condenada subida de Nuevo León que indica que estamos por entrar a insurgentes, me dije muy pero muuuuy dentro de mí, que apenas y me escuché, ¡YA LA HICISTE, ESTÁS EN INSURGENTES!, aún continuaba fuera de foco y muy cansada, ya con ganas de no continuar. Recordé que Verónica Velázquez había dicho que estaría echando porras por el 35 y la busqué, quería conocerla y saludarla, no la vi.

Después del antojo babeante del plátano -que aún no encontraba- sentí mucha sed, y ya estaba harta del gatorade, me la llevé ya más con agua, pero ahora quería chupar una naranja, y otra vez no encontraba ni plátano ni naranja ¡MALDITA LEY DE MURPHY!, de repente paso junto a una señora que traía naranjas y le pedí una y me deshice por fin de un pensamiento negativo, pero aún faltaba el plátano. Continúe corriendo al paso que podía, el efecto del icy hot ya se había pasado y me dolían de nuevo los muslos. Mis padres estarían después del 35, así que iba corriendo y buscándolos, de hecho buscaba de todo ¡JA! Comida-antojos y mis padres, cuando de repente veo un tablón con harta fruta, me paso de volada para buscar más naranja y PLÁTANO, tomé una naranja y de repente veo mucha sandía, babee de antojo y comí ahí mismo un pedazo ¡QUÉ DELICIA TAN REFRESCANTE, MIL GRACIAS! le tomé otro y continúe corriendo y comiendo, me di cuenta de que mi golosinearía por la sandía me daría un dolor de caballo que tuve que aguantar casi o poco más de un kilómetro, así iba corriendo pegada al carril del metrobus buscando a mis padres -porque de ese lado estuvieron la vez anterior- y apretando la panza para calmar el dolor, y nunca los vi, aunque ellos sí me vieron, al menos mi Patita bonita, y me vio sufriendo, se quedó preocupada, después hablé con ella y le platiqué parte de mis peripecias.

Los muslos cada vez me dolían más, y por el kilómetro 36 alcancé a ver a una chica que ayudaba a los corredores, me atravesé para pedirle ayuda, dio masaje a mis muslos con ganas, sentí la bola tremenda que se me estaba haciendo principalmente en el izquierdo y me hizo pegar un grito de dolor y después se fue con el otro muslo, ¡MIL GRACIAS, ME AYUDÓ BASTANTE! Ya un poco más renovada continúe, nuevamente me pegué al carril del metrobus, aún tenía la esperanza de ver a mis padres, estaba por llegar al 37k, cuando de repente veo playeras azul Coyote saludándome, eran los SUCUS, mi hermano Dany y Ame, alzo los brazos y llego corriendo a abrazar a Dany, sentí tanta emoción que comencé a llorar y lo contagié, abrace a Ame también y les agradecí el detallazo de echarme porras, justo en ese momento sentí la carga muscular pero ahora en las pantorrillas, estiré un poco, les di las gracias y continúe llorando por varios metros, estaba sumamente emotiva.

Ese nuevo brío me dio fuerzas por casi dos kilómetros o un poquito más,cuando estaba por llegar al 40 colapsé de nuevo y caminé unos pasos, pensé no vinieron mis papas, me dije, bueno, vi a mis SUCUS, luego veré a mis padres y les daré abrazos. Pensaba ya falta muy poco, pero las piernas ya no estaban respondiendo, esos dos y pico kilómetros son los que más sufrí, caminaba y trotaba, muchos me echaban porras, ¡Ándale "Mariana" "Mar" "María" MARINA MARINITA, MINI!, llegué al estadio, ese pasillo me pareció eterno y en el tunel ya ni siquiera sentía ganas de gritar, iba solo con la inercia, llegamos al tartán y esa subida traté de hacerla lo más rápido posible, ya quería terminar, veo la fiesta del estadio y me dije por fin va a acabar mi tortura, ya no aceleré -ya no podía- a la meta, continúe con el paso, traté de mantenerme al centro y me coloqué a una distancia del pelotón de enfrente, alcé los brazos sonreí y agradecí el poder terminar... No en el tiempo que quería, no en el tiempo que podía, no en el tiempo que ya hice, pero a fin de cuentas terminé bien, muy cansada, entera, sin lesión, y con más experiencia y una gran lección por asimilar. Te perdí el respeto, perdí el enfoque, olvidé lo que había aprendido, pero, sigo aquí, y seguiré aquí porque voy por más. ¡cómo jijos no!


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