martes, 19 de octubre de 2010

A 25 años…Qué nos dejó el Temblor?

Mi historia… Era una mañana tibia, al menos así la recuerdo: con el sol entrando por mi ventana. Un brusco movimiento en mi cama me despertó abruptamente, mientras a lo lejos unas voces familiares decían algo como: “está temblando”. Era el noticiero matutino de Guillermo Ochoa, ausente ese día. Me incorporo sobresaltada y me quedó un momento sentada en la cama, mi padre ya había entrado a la habitación para avisarnos a mi hermano y a mí lo que estaba ocurriendo. Nota mi expresión de susto, y me hace una seña de que esté tranquila, justo en ese momento se siente el primer jalón fuerte acompañado de un rugido, nos dice: “Salgan de inmediato y vayan a la puerta”, mientras él corre hacía el pasillo para avisarle a mí mamá que saliera de inmediato. Mi madre esperaba a mi hermanito de 4 años que se bañaba en ese momento. Me levanto y voy a la cama de mi hermano a despertarlo, tiene el sueño muy pesado, le grito y lo muevo bruscamente, pero apenas y despierta, yo comienzo a sentir tanto miedo por ese movimiento y ruido de las paredes y el plafón, hago de nuevo el intento de despertarlo, pero me contesta enojado que lo deje en paz, se siente de nuevo otro jalón que me impulsa a mi cama. Me invade el pánico– recuerdo haberme sentido entre la espada y la pared, “mi hermano o yo” –vuelvo a hablarle y me grita de nuevo, reacciono y me dirijo a la puerta, era el momento más fuerte, no podía caminar derecha, cada paso me estrellaba contra la pared o un mueble, ha sido uno de los trayectos más largos, no recuerdo en qué momento me crucé con mi mamá y mi hermanito, con mi papá, incluso mi hermano…

Todos en la puerta esperamos ahí hasta después de que estuviéramos seguros de que en realidad ya había terminado…

Este es mi recuerdo de aquel día, fui una de las afortunadas de aquella fecha, pues solo tengo el recuerdo de un mal momento, también de un amargo y sorprendente despertar a la realidad, donde vivía en aquel entonces, toda la mañana y parte de la tarde estuvimos sin luz, no tenía idea de la intensidad del evento, algunos vecinos lograban sintonizar sus radios, pero aún todo era incierto, no fue sino hasta la tarde que atónitos nos dimos cuenta de la situación de la ciudad de México; luego vinieron anécdotas de conocidos, relatos de vivencias y las mismas noticias que nos dejaron ver la gran tragedia que representaba ese rugido matutino del 19 de Septiembre de 1985.

Y técnicamente ¿Qué sucedió aquella mañana?…

Un análisis de la UNAM publicado en el http://www.ssn.unam.mx/ SSN (Servicio Sismológico Nacional) nos los explica.

El evento… Jueves 19 de septiembre de 1985. A las 7:19 a.m. ocurrió un sismo de magnitud M = 8.1 en la escala de Richter. Epicentro en las costas de Michoacán.

Consecuencias… Más 10,000 muertos, 50,000 heridos y 250,000 personas se quedaron sin hogar. Aproximadamente 770 edificios se colapsaron, 1667 quedaron gravemente dañados y 4965 sufrieron daños leves. Alrededor de 6,500 metros de drenaje quedaron dañados, así como 516,000 metros cuadrados de carpeta asfáltica. Las líneas telefónicas dejaron de funcionar minutos después, 32 estaciones del metro también dejaron de funcionar. Las pérdidas causadas por este sismos se estiman en unos 4,000 millones de dólares.

Cómo se comportó el fenómeno?

Las oscilaciones y los daños más intensos se registraron en los edificios de 8 a 16 pisos. Durante este sismo, las ondas procedentes del epicentro sufrieron amplificaciones y trasmitieron dichas oscilaciones a las edificaciones altas con un periodo natural de oscilación similar.

Las ondas sísmicas viajaron a través de las espesas capas sedimentarias que conforman el remanente del antiguo lago de Texcoco, donde hoy se encuentra asentada la ciudad de México. Con cada onda sísmica se amplificaba las oscilaciones de los edificios y una vez rebasada su capacidad de carga, llegaban al colapso.

El subsuelo se comporta como una caja de resonancia ante la excitación producida por las ondas con igual periodo de oscilación, sufriendo una amplificación de 5 a 20 veces.

Durante el sismo una gran parte de la ciudad estuvo desplazándose entre 10 y 40 centímetros cada 1 o 2 segundos con un movimiento de vaivén.

Las oscilaciones de terreno inducen a su vez oscilaciones propias en las construcciones. Estas son tanto mayores cuando más se asemejan a las frecuencias de resonancia de subsuelo y edificio.

La combinación de movimientos fuertes en el terreno produjo en los edificios (ya en resonancia) un incremento del desplazamiento de los pisos superiores. Este movimiento, intensificado por el bamboleo género un efecto de ”látigo”, que conducía rápidamente al colapso.

Los periodos de oscilación resonante de algunos edificios se prolongaron durante el sismo al aflojarse las uniones entre los diferentes elementos estructurales al perder estos su resistencia por la aparición de grietas y fracturas.

Ahora a 25 años de ese evento me pregunto ¿qué nos ha dejado?…

Indudablemente ese evento dejó a la luz la corrupción que siempre nos ha acompañado, ya que algunos de los edificios que se colapsaron se debió al cambio de uso de suelo de estos (edificios que estaban destinados a otra actividad y se les dio un uso diferente y con más peso para lo que fueron diseñados: fabricas, bodegas etc.), a la falta de calidad de materiales de construcción y la correcta aplicación de reforzamiento (acero: varillas) en los elementos estructurales (columnas, trabes) , al poco estudio de la ciudad ya que el origen de la misma se dio sobre un lago y tiene diferentes composiciones del suelo y resistencia del mismo, a los cambios de construcción debido a estilos de arquitectura predominante en los años 60´s y 70´s en los cuales se eliminó el muro de carga y se suplieron por muros divisorios: su estructura estaba basada en columnas y trabes, estos al ser más elásticos y al no tener previsto por reglamento una mayor distancia en la colindancia con los edificios contiguos (que por lo general eran antiguos, por lo tanto mucho más pesados) el golpe que estos generaban por el sismo era mayor, por lo tanto tenía golpes de los edificios vecinos y los movimientos al edificio causados por el mismo fenómeno; otro factor también fue que en definitiva no se esperaba un evento de tal dimensión.

Tristemente tiene que haber desgracias tales para que se promuevan reformas, uno de los cambios más significativos que se tuvo que implementar fue en los reglamentos de construcción al año siguiente del suceso, el cual tuvieron que ser más estrictos y estudiados.

¿Qué pasaría si el día de hoy se presentara un sismo de las mismas características del de 1985?

El reglamento es muy específico y estricto, no hay duda, sin embargo por desgracia el humano sigue incurriendo en actos de corrupción: cuántas unidades habitacionales o edificios hemos visto que a los poco años de que se construyen y se venden, comienzan a aparecer las deficiencias ocasionadas ya sea por falta de aplicación a la norma, negligencia o irresponsabilidad social de los que tratan de ahorrar en la construcción del inmueble, para obtener beneficio en la venta de este, y dejando el problema a terceros.

Respondiendo a la pregunta incial–si se presentará un sismo de la misma magnitud y características – con los cambios al reglamento los edificios técnicamente tendrían un mejor desempeño, claro está teniendo “fe” en que la mayoría de los constructores, dueños de inmuebles y autoridades correspondientes en verdad hayan aplicado la norma.

Si bien el crecimiento de la ciudad de México ha sido desbordante, debido a la poca o casi nula planificación de esta –cuando se ha intentado tenerla, los sobrepasa la corrupción–, ciertamente es muy complicado para las autoridades correspondientes el tener en completa observación la aplicación de la norma constructiva en cada una de ellas, en especial en los asentamientos irregulares y la auto-construcción. Desastrosamente en muchos de los casos tenemos que dejar a “La Moral” de cada uno la correcta aplicación de ella.

Otro de los cambios que a raíz del evento se implementó fue el tratar de tomar conciencia y así se crearon dos instancias:

Protección Civil (PC) y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED)

A estas instancias les correspondería la concientización del riesgo inminente en el que nos encontramos, al estar ubicados dentro de una zona sísmica. Las comparaciones suelen ser odiosas, sin embargo me parece pertinenete mencionar a Japón y especificamente a la ciudad de Kyoto, una de las ciudades con mayor riesgo sísmico, y que ha sufrido grandes desastres. Pero los nipones son dignos de ejemplo, ya que cuentan con una amplia “Cultura en Prevención”. Al respecto, esto es lo que nos comparte Moisés Contreras en la Revista Consultoría: “El Terremoto que viene”. Moises Contreras se encuentra realizando su doctorado en Sismología precisamente en la Universidad de Kyoto.

Ahora tomando como ejemplo la cultura nipona, uno de nuestros mayores retos como ciudadanos y como país, es establecer una real cultura de prevención, tomar la conciencia del peligro en el que nos encontramos, por dramático o exagerado que se pueda tomar esta afirmación, pues varios estados se encuentran en zonas altamente sísmicas; este mismo año pudimos verlo en Mexicali aún cuando hubo perdidas materiales significativas y 2 perdidas humanas, parte de lo que evitó que fuera mayor el desastre fue la correcta aplicación de la norma en la construcción de los edificios.

Retomando el tema de la prevención, aún cuando tenemos el antecedente de 1985, aún no se ha logrado establecer completamente esta misma en la ciudad de México, ya que solo cada 19 de septiembre se practica un simulacro. Si bien, sí se han establecido por norma que en cada inmueble–ya sea si es comercial o en el cual haya un flujo alto de personas– debe estar indicado las zonas seguras, las de riesgo y rutas de evacuación, así como algún cartel que indique las acciones a seguir en caso de cualquier evento específico, sin embargo, no se tiene la real conciencia de lo que se debe hacer llegado el caso de un evento sísmico.

Lo ideal para comenzar a establecer una concientización y lograr que se transforme en cultura es por lo menos realizar un simulacro al mes, esto nos indica el titular del Servicio Sismológico Nacional, este es un de los grandes retos que tenemos como sociedad y como compromiso las autoridades correspondientes tienen el lograr una reforma más allá de recomendaciones, establecerlo quizá como una clase más en los niños en las escuelas y cursos en las oficinas, en especial si se están en edificios mayores a 6 niveles.

Aún nos queda mucho por pulir en este tema, y es preciso hacerlo ya, no esperar a que llegué el temido terremoto del que todos hablamos y esperamos, pero también ignoramos, si las autoridades no están haciendo la acción que haga la diferencia, nos toca a nosotros, informarnos, concientizarnos y a la vez a nuestros pequeños, recordemos que esa es la forma de hacer cultura, paso a paso y repitiéndolo una y otra vez, hasta que por inercia se haga, por nuestro propio bien, por nuestra propia vida.

Créditos Material Fotográfico utilizado para este artículo

Foto Latino link à “Entre Geeks te veas”
http://entregeeks.wordpress.com/2009/09/18/a-24-anos-del-terremoto-de-1985-de-la-ciudad-de-mexico/
FOTOS: 52 Y 81 Del ALBUM “Sismo del 19 de Septiembre de 1985” EN EL SERVICIO SISMOLOGICO NACIONAL
http://www.ssn.unam.mx/website/jsp/Sismo85/Fotos/f1.htm
MACRO SIMULACRO CNN MÉXICO à


Esta es la colaboración no. 6
del Proyecto
 Club de Lilith 
al que fui invitada

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